214 mujeres y niñas liberadas de Boko Haram están embarazadas.

POR:  JOSÉ NARANJO .
  • mujer“Me convirtieron en un objeto sexual”, denuncia una de las víctimas rescatadas
  • Nigeria libera a 293 mujeres y niñas secuestradas por Boko Haram
  • “Boko Haram degolló a mi padre delante de mí”

Al menos 214 mujeres y niñas, de entre el millar de rehenes que han sido rescatados de las manos de Boko Haram en el noreste de Nigeria en los últimos días, están embarazadas, según ha asegurado a los medios de comunicación el doctor Babatunde Osotimehin,director ejecutivo del Fondo de Población de Naciones Unidas. “Algunas están visiblemente embarazadas y otras han dado positivo en las pruebas”, añadió el alto funcionario, quien también reveló que la mayoría de ellas requieren de atención médica y psicológica urgente y especializada pues han estado sometidas a un enorme estrés.
“Me convirtieron en un objeto sexual. Hacían turnos para acostarse conmigo. Ahora estoy embarazada y no sé quién es el padre”. Asabe Aliyu, de 23 años, es una de estas mujeres y contaba así al periódico nigeriano Daily Times cómo había sido su cautiverio de seis meses. Violadas, casadas a la fuerza, obligadas a combatir, sus maridos o padres asesinados delante de ellas. Sus relatos, que van llegando a cuentagotas, reflejan toda la violencia ejercida contra ellas por el grupo terrorista más sanguinario de África. Estas mujeres y niños, liberadas la pasada semana en tres operaciones militares en el bosque de Sambisa, estado de Borno, y este domingo en un último rescate en el municipio de Madagali, se encuentran en la actualidad en distintos campos de desplazados de la región noreste, la mayoría en Yola (Adamawa), a donde llegaron este fin de semana tras varios días de viaje en camionetas habilitadas por el Ejército.
Asabe Umaru relató a la prensa: “Cada día moría alguna de nosotras y sólo esperábamos que llegara nuestro turno. No nos permitían movernos ni un centímetro, incluso para ir al servicio nos acompañaban”. Por su parte, Cecilia Abel dijo que le «daban harina de maíz por las tardes para comer. Muchos de los capturados murieron en el bosque de Sambisa”. El propio rescate tampoco fue fácil. Las mujeres se refugiaron bajo los árboles cuando los soldados nigerianos llegaron, pero los terroristas trataron de obligarlas a acompañarles en su huida. “Cuando nos negamos, empezaron a apedrearnos. Pegué a mi bebé contra mi estómago para protegerlo y me encogí. Algunas murieron por las piedras”, aseguró Lami Musa, de 27 años.

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