Washington | EFE.-
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), fundado por el expresidente Hugo Chávez, y los militares deberán tener un espacio en una posible etapa de transición en Venezuela, coincidieron este jueves en Washington funcionarios y exdirigentes del oficialismo de ese país.
«El PSUV debería tener un papel en la reconstrucción de Venezuela», apuntó el enviado especial de EE.UU. para ese país, Elliot Abrams, quien no descartó la posibilidad de que en un escenario de futuros comicios, el chavismo pueda presentarse.
Al intervenir en el encuentro «Venezuela After Maduro: A Vision for the Country’s Future», organizado por el centro de pensamiento Atlantic Council, Abrams citó tres elementos para un cambio en ese país: la participación política mediante un Gobierno de inclusión, unas Fuerzas Militares profesionales y una economía de progreso.
«Para los integrantes del PSUV es el momento de exigir un proceso democrático dentro de su partido. Una o dos personas no deberían tener el poder», apuntó Abrams.
En ese contexto, planteó que el chavismo pueda actuar «como un partido político democrático» y ganar votos en elecciones libres, e indicó que Estados Unidos, tal como lo ha hecho en otras ocasiones en Latinoamérica, respetará lo que elijan los venezolanos.
Abrams señaló, dirigiéndose al PSUV, que están viendo cómo se «destruye» el legado de Hugo Chávez y advirtió que Nicolás Maduro «fue seleccionado como presidente del PSUV por un grupo muy pequeño de personas con intereses propios».
Abrams advirtió, sin embargo, que «la transición no será fácil» y admitió que incluso pueda «empeorar antes de mejorar».
En la misma línea se pronunció Carlos Vecchio, representante del líder opositor Juan Guaidó ante EE.UU., quien defendió la posibilidad de que su país llegue a un Gobierno de inclusión que entienda que la crisis humanitaria en su país «no tiene en consideración la filiación política».
«Esto no se trata ni de mí, no se trata de (el presidente estadounidense Donald) Trump, no se trata de Maduro, se trata del pueblo de Venezuela», sentenció Vecchio.
Por su parte, Gabriel Ramírez, la ex defensora del Pueblo de Venezuela y una de las dirigentes del chavismo que rompió con el Gobierno de Maduro, defendió la decisión de algunos sectores de deslindarse del Madurismo para defender la Constitución.
«Los defensores del Gobierno se han convertido en una secta conservadora que defiende la fuerza retrógrada más contrarrevolucionaria, más corrupta, más entreguista y represiva, antipopular y antiobrera de nuestra historia republicana», apuntó.
La exfuncionaria cuestionó el «vergonzoso papel» que han asumido los grupos que apoyan a Maduro e indicó que se debe evitar que Venezuela «termine pareciéndose a una dictadura africana».
«Cualquiera que apoye el Gobierno hoy está negando todas las bases de las razones que nos llevaron como chavismo al poder. Hoy tenemos más hambre, tenemos más enfermedades, tenemos servicios públicos más precarizados y gobernantes enriquecidos y desconectados de los dolores de las personas más pobres hoy en Venezuela», sostuvo.
Ramírez, quien participó vía remota desde España, puntualizó además en la necesidad de volver a colocar a la gente «como sujetos del cambio» y dirigir el mensaje a los sectores medios y bajos de las Fuerzas Militares, como sujeto de cambio, como el «soldado pueblo».