Los europeos alzan la voz por incendios en la Amazonía en vísperas del G7

Activistas de Oxfam con trajes de bomberos y cabezas representando a los primeros ministros de Canadá (I), Japón (C) y Reino Unido, el 23 de agosto en Biarritz, en la víspera de la cumbre del G7 (AFP | Bertrand GUAY)
Por María Elena BUCHELI | AFP.-

Los países europeos alzaron la voz este viernes, en vísperas del G7 en Biarritz, frente a los incendios que asolan la Amazonía, y el mandatario francés, Emmanuel Macron, quien preside esta cumbre, acusó a su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, de haber «mentido» sobre sus compromisos medioambientales.

«Teniendo en cuenta la actitud de Brasil de las últimas semanas, el presidente de la República constata que el presidente Bolsonaro le mintió en la cumbre [del G20] de Osaka», declaró el Elíseo, que considera que «el presidente Bolsonaro decidió no respetar sus compromisos climáticos».

Francia señaló que si Brasil no cumple con sus compromisos vetaría el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, una amenaza a la que se unió Irlanda. Pero un portavoz del gobierno alemán temperó estas declaraciones, afirmando que el oponerse al pacto «no es la respuesta apropiada».

Finlandia, país que ocupa actualmente la presidencia rotatoria de la UE, dijo por su parte que propondrá a sus pares europeos la prohibición de las importaciones de carne de res brasileña para protestar contra la gestión de los incendios en la Amazonía.

«Si no se produce ningún avance, estoy dispuesto a llevar esta cuestión ante los otros ministros de Finanzas de la UE», indicó el titular finlandés de la cartera de Finanzas, Mika Lintilä.

Brasil se invitó a la cumbre del G7 después de que Emmanuel Macron solicitara el jueves que los incendios en la Amazonía brasileña, a los que tildó de «crisis internacional», fueran tratados en la cita que se celebra este fin de semana en la cumbre de Biarritz (suroeste de Francia).

El bloque de las principales economías occidentales señaló el viernes que trabaja en una respuesta «concreta» a los incendios en la Amazonía. «Vamos a intentar movilizar a todo el mundo para levantar fondos, para poder reforestar lo antes posible», afirmó Macron, quien denunció un «ecocidio» en «toda la Amazonía y no sólo en Brasil».

Pero sus declaraciones le valieron la furia de su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, quien estimó en un mensaje en Twitter que discutir este tema en el G7 en ausencia de Brasil, que no forma parte de este grupo, demostraba una «mentalidad colonialista».

«La Amazonía está ardiendo y es un tema que concierne a todo el mundo porque es una fuente de biodiversidad», le respondió Macron».

Dirigentes en las antípodas

La magnitud de los incendios que asolan la Amazonía –más de 2.500 nuevos incendios en 48 horas– inquieta no solo a Francia, sino a toda la comunidad internacional. El primer ministro británico, Boris Johnson, los tachó de «crisis internacional», mientras que la canciller alemana, Angela Merkel, llamó a que esta «emergencia grave» ocupe un lugar destacado en la agenda del G7.

Ante la presión, el presidente Bolsonaro aceptó este viernes el uso de militares para combatir los incendios, que motivaron una serie de manifestaciones en Europa y América Latina.

Esta cumbre se anuncia eléctrica, con dirigentes situados en las antípodas sobre los desafíos mundiales y un gran despliegue policial frente a los opositores a la cumbre y el riesgo de disturbios.

Macron, anfitrión este año de esta tradicional recepción de las siete grandes potencias democráticas e industriales, deberá desplegar sus dotes diplomáticas para alinear a sus pares, entre la cena de apertura el sábado y la rueda de prensa final el lunes por la tarde.

Desde Irán al comercio, pasando por el Brexit, las fracturas se multiplican entre un presidente estadounidense, Donald Trump, imprevisible y ya en campaña para su reelección; un nuevo primer ministro británico provocador, Boris Johnson; y los otros cinco líderes (Francia, Alemania, Japón, Italia y Canadá).

Macron eliminó del menú la declaración final, después de que en la cumbre anterior, en Canadá, Trump rechazara firmar las conclusiones que sin embargo había aceptado.

Multilateralismo debilitado

Casi 45 años después del primer G7, sus siete miembros están enfrentados por un multilateralismo debilitado, la emergencia de nuevas potencias como China o un nacionalismo en auge en las democracias occidentales.

Francia, decidida a erigirse como mediador, no pierde la esperanza de lograr obtener algunas concesiones de Trump sobre la espinosa cuestión del programa nuclear iraní.

«Lo que espero de Estados Unidos y de la discusión en el G7, es una aclaración sobre la estrategia» para desbloquear a los iraníes, señaló Macron.

En un intento por salvar el moribundo acuerdo nuclear, el presidente francés recibió el viernes al canciller iraní, Mohammad Javad Zarif.

Las propuestas de Macron «van en la buena dirección», afirmó Zarif en entrevista exclusiva a la AFP, pero «claramente hay que seguir trabajando», añadió.

Francia pretende también presentar resultados concretos sobre algunos temas como la «lucha contra las desigualdades», tema oficial de la cumbre, extendiendo las discusiones a los dirigentes de «potencias de buena voluntad» como India, Australia, Sudáfrica y Chile, que están invitados a la cita.

Rusia, excluida de este foro desde la anexión de Crimea en 2014, podría estar en el corazón de los debates. Trump aboga -en contra de sus pares- por su reintegración. «Es más sensato tener a Rusia» dentro, aseguró el martes.

Más de 13.000 policías y gendarmes serán desplegados en toda la región, donde una gran concentración de opositores a la cumbre hace temer disturbios el sábado desde Hendaya a Irún (España).

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