Cartagena (Colombia), EFE.-
«Brasil hoy no tiene derecha ni centro porque la ultraderecha de Jair Bolsonaro es un lobo solitario que ha devorado el centro y la propia derecha», advirtió este viernes la expresidenta de este país, Dilma Rousseff, quien fue destituida por el Congreso tras un juicio político en 2016.
Rousseff fue una de las invitadas en el Hay Festival de Cartagena de Indias, en Colombia, donde confesó que el proceso al que fue sometida para arrebatarle el poder fue «duro e irracional», entre los aplausos del público en un centro de convenciones a rebosar.
«Fue sacar a una presidenta inocente con 55 millones de votos; y se hizo con la cooperación de personas que habían sido demócratas», indicó en alusión a quienes habían sido sus aliados en el Gobierno, entre ellos, su entonces vicepresidente, Michel Temer, que terminó ocupando su cargo tras ser destituida. Brasil entonces tomó la deriva del conservadurismo.
Indicó que en aquel proceso «lo que de verdad estaba en juego era la economía y la geopolítica de Brasil. Nosotros siempre nos mantuvimos en que Latinoamérica no era la puerta trasera de nadie», para insistir en que el reto de los Estados es salvar la democracia ante la amenaza que supone la inteligencia artificial.
Hacía así referencia a la desinformación que se esparció en Brasil, a través de redes sociales y mensajería móvil, durante la campaña que entregó el poder a Jair Bolsonaro, el paradigma de la ultraderecha latinoamericana.
«Nunca en el mundo se tuvo semejante cantidad de riqueza acumulada y semejante cantidad de pobreza», aseveró, para explicar que estas son las razones de las protestas que tambalean a Latinoamérica.
Y, en este contexto, «no se puede llegar a políticas de izquierda siendo rehenes del neoliberalismo».
«El neoliberalismo impone ideología, de lo contrario no hay rendimiento económico», explicó al intentar explicar qué significa el Brasil de Bolsonaro.
A su juicio, «el gran error de la izquierda ha sido creer que hay un consenso neoliberal»; y «si no se derrota esta idea no va a haber alternativas» para Latinoamérica, concluyó.
