Nicaragua necesita un golpe de timón para recuperar su estabilidad, según un opositor

El presidente de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham), Mario Arana. EFE/Archivo
Managua | EFE.-
  • La iglesia evangélica nicaragüense aceptó participar como testigo y acompañante de las negociaciones entre el Gobierno de Nicaragua y una alianza opositora

Nicaragua necesita un «golpe de timón» para recuperar la estabilidad y la gobernabilidad, por lo que es válido «explorar» un anticipo de las elecciones generales, dijo este martes el presidente de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham), Mario Arana.

Arana, uno de los negociadores de la opositora Alianza Cívica en la mesa con el Ejecutivo de Daniel Ortega con la que buscan superar la crisis que estalló hace casi un año, abogó para que sea el pueblo nicaragüense quien tome «la decisión si quiere o no continuar con este Gobierno».

En declaraciones a periodistas desde el campus del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae), en el sur de Managua, donde se desarrollan las conversaciones, el también extitular del Banco Central afirmó que en la mesa de negociación han planteado al Gobierno acepte adelantar las elecciones.

Los delegados del Ejecutivo «nos han dicho que este no es un tema de esta mesa» y, en todo caso, se requeriría reformar la Constitución, agregó.

«¿Vamos a salir de esta crisis bajo esta Administración hasta el 2021?», preguntó Arana, un economista que también fue ministro de Hacienda y Crédito Público durante el Gobierno de Enrique Bolaños (2002-2007).

«El sentimiento bastante generalizado que creemos existe en el país es que el soberano tiene que tomar la decisión de si quiere o no continuar con este Gobierno y eso es a través de las votaciones», argumentó.

Según la Constitución, los comicios generales deben celebrarse cada cinco años y están fijadas para noviembre de 2021.

«Es cierto que el tema requeriría reformas constitucionales, pero lo que trata es de un acuerdo político y eso lo deberíamos de explorar», sostuvo.

«Nuestra conclusión es que el país necesita un golpe de timón y no es bajo estas condiciones que vamos a recuperar la estabilidad y la gobernabilidad de Nicaragua», agregó.

Diversos sectores nicaragüenses, entre ellos la Conferencia Episcopal, así como Estados Unidos y la Organización de los Estados Americanos (OEA), se han pronunciado a favor de anticipar las elecciones con el fin de que ayude a superar la crisis nicaragüense.

Nicaragua está inmersa en una crisis como consecuencia de las protestas callejeras que estallaron el 18 de abril de 2018 por una impopular reforma del seguro social.

En las manifestaciones se exige la renuncia del presidente Ortega tras casi doce años en el poder de forma consecutiva.

Esta situación ha causado 325 muertos y cientos de presos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, aunque algunos organismos humanitarios locales elevan a 561 las víctimas mortales, además de actos violentos y ataques también a los obispos del país.

El Ejecutivo nicaragüense solo reconoce 199 víctimas mortales y denuncia un supuesto intento de golpe de Estado.

Managua, (EFE).- La iglesia evangélica nicaragüense aceptó participar como testigo y acompañante de las negociaciones entre el Gobierno de Nicaragua y una alianza opositora, con la que buscan superar la crisis que estalló hace casi un año, informó este martes esa comunidad religiosa.

La denominada Mesa de la Unidad Nacional Evangélica designó al pastor Jorge Ulises Rivera como su representante en la mesa de negociación, y a los pastores Roberto Rojas y Adolfo Sequeira, como sus asesores.

«Estamos esperando que nos digan si ya podemos entrar y la forma en que se hará», explicó a periodistas Rivera, quien dijo desconocer el alcance de su misión como testigo y acompañante.

El religioso aprovechó para hacer un llamado a las partes en la mesa de negociación a «encontrar beligerancia, responsabilidad y seriedad, tolerancia y honestidad ante el pueblo».

El 5 de marzo pasado, los delegados del Gobierno y de la oposición extraparlamentaria acordaron invitar al cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes y a un líder evangélico como testigos y acompañantes de las conversaciones.

Tres días después, la Conferencia Episcopal de Nicaragua declinó participar como testigo y acompañante en la mesa de negociaciones.

La invitación al cardenal Brenes, también arzobispo de Managua, proponía además nombrar a dos miembros del Episcopado como asesores.

Desde que comenzaron las negociaciones, el 27 de febrero pasado, el único testigo y acompañante era el nuncio apostólico en Nicaragua, Waldemar Stanislaw Sommertag.

El viernes pasado se le sumó la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) a través del exguerrillero tupamaro y exministro de Defensa de Uruguay Luis Ángel Rosadilla, quien venía participando como observador en la mesa.

En la mesa de negociación aún no se han designado los garantes nacionales e internacionales, pese a que las partes acordaron que lo nombrarían una vez que tuvieran aprobada la agenda, que ya fue definida el miércoles pasado.

La opositora Unidad Nacional Azul y Blanco -a la que pertenece la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que es la contraparte del Gobierno en las negociaciones-, propuso incorporar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) como garante de ese proceso.

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