Bogotá | EFE.-
Las autoridades colombianas detuvieron este viernes a un joven de 17 años involucrado en el atentado contra líderes sociales ocurrido el fin de semana pasado en el departamento del Cauca (suroeste) y en el que resultaron heridos dos escoltas, informaron fuentes judiciales.
La Fiscalía detalló en un comunicado que la detención del menor de edad se produjo en la población de Caloto en una operación en la que participaron la Policía y el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) del ente acusador.
«En madrugada de hoy, el CTI de Fiscalía y Policía de Colombia aprehendieron a menor de 17 años en Caloto (Cauca), quien sería uno de los autores materiales del atentado ocurrido el 4 de mayo en Santander de Quilichao contra Francia Márquez y otros líderes sociales», informó la Fiscalía en sus redes sociales.
En la reacción al ataque contra los líderes, entre los que se encontraba Francia Márquez, ganadora en 2018 del Premio Medioambiental Goldman y del Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos en 2015, fueron heridos Luis Alexander Becerra Asprilla y Jildardo Ramírez, de la Unidad Nacional de Protección (UNP).
Márquez, según dijo, estaba con otros líderes preparando una reunión para los diálogos con el Gobierno en el marco de los acuerdos con la minga cuando «fuimos atacados con armas y granadas».
El Gobierno colombiano y el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) lograron un acuerdo el pasado 6 de abril para levantar los bloqueos a la Vía Panamericana, que conecta a Colombia con Ecuador y que duraron 27 días, causando grandes pérdidas económicas para esa región del país.
El acuerdo contempla inversiones por 800.000 millones de pesos (unos 247 millones de dólares) para mejorar las necesidades en vivienda, salud, proyectos productivos e infraestructura rural, entre otras.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU alertó este viernes en Ginebra del fuerte aumento del número de líderes sociales asesinados en Colombia, ya que se han registrado 51 casos sólo en los primeros cuatro meses de este año.
«Estamos alarmados por el chocante número de activistas asesinados, acosados o amenazados en Colombia, y el hecho es que esta terrible tendencia parece empeorar», dijo el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Rupert Colville, en una comparecencia ante la prensa.
Este organismo, que hace un seguimiento de la situación en Colombia a través de su oficina en el país, comparó el número de víctimas desde inicios de año con las 115 registradas en todo 2018, cuando ya se hizo evidente el agravamiento de la situación.
Desde 2015, cuando 41 líderes sociales y defensores de los derechos humanos fueron asesinados, el riesgo que afrontan no hace más que aumentar.
Al año siguiente, 2016, 61 activistas tuvieron muertes violentas y 41 durante el año anterior.
Colville denunció que se ha notado que el peligro para los líderes ha aumentado al hilo de campañas de estigmatización en su contra, especialmente contra aquellos que viven en zonas rurales, caracterizadas por la carencia de servicios básicos, los altos niveles de pobreza y los cultivos ilegales.