Por Equipo de redacción de AFP Caracas.-
El vicepresidente del Parlamento venezolano, Edgar Zambrano, fue detenido este miércoles acusado de participar en un fallido alzamiento militar contra el presidente Nicolás Maduro, un caso por el que son procesados otros nueve legisladores opositores.
«El régimen secuestró» a Zambrano, denunció en Twitter el jefe parlamentario Juan Guaidó, reconocido como mandatario interino por medio centenar de países y quien lideró la sublevación el 30 de abril.
«Intentan desintegrar el poder que representa a todos los venezolanos, pero no lo van a lograr», añadió Guaidó, que no forma parte de los inculpados, refiriéndose al Parlamento de mayoría opositora.
Al entrar la noche, agentes del servicio de inteligencia interceptaron a Zambrano en un vehículo frente a la sede de su partido en Caracas. Al resistirse al arresto fue trasladado en una grúa al Helicoide, cuartel del organismo.
Una caravana de patrullas escoltaba al remolcador, observaron periodistas de la AFP.
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de línea oficialista, ordenó enjuiciar penalmente a Zambrano la semana pasada, y entre el martes y este miércoles sumó a otros nueve congresistas.
A pedido del TSJ, la Asamblea Constituyente -integrada solo por chavistas- despojó de su inmunidad a siete parlamentarios, incluido Zambrano, y anticipó el mismo procedimiento para los demás.
«Tendrán que pagar ante la justicia el golpe de Estado», advirtió el presidente de la Constituyente, Diosdado Cabello, al celebrar la captura.
– ¿Y Guaidó «para cuándo»? –
El resto de los diputados acusados había comenzado a resguardarse desde temprano.
Mariela Magallanes se refugió en la residencia del embajador de Italia en Caracas, informó el país europeo, mientras sus colegas se apartaban de la actividad pública.
«Tengo que tomar mis previsiones porque estamos hablando, no de un gobierno, sino de una corporación criminal. Debemos tener sentido de la responsabilidad sin jugar al heroísmo estúpido», señaló por su parte a la AFP Américo De Grazia, quien no descarta pedir asilo.
El TSJ también sindicó por traición a la patria, conspiración y rebelión civil a Henry Ramos Allup -quien se declaró dispuesto a ir preso-, Luis Florido, Simón Calzadilla, Richard Blanco, Freddy Superlano, Sergio Vergara y Juan Andrés Mejía.
«Hacemos más como diputados libres, bien en una embajada o a resguardo, que presos», comentó Florido a la AFP.
El Parlamento, único poder que controla la oposición, está maniatado por la justicia tras ser declarado en desacato en 2016, y en la práctica ha sido sustituido por la Constituyente.
Decisiones judiciales mantienen presos a los congresistas Gilber Caro y Juan Requesens, éste acusado de un atentado contra Maduro en agosto de 2018. Freddy Guevara está refugiado en la embajada de Chile en Caracas, mientras Julio Borges se exilió en Colombia.
Guaidó fue despojado de su inmunidad el 2 de abril por «usurpar» las funciones de Maduro, tras proclamarse presidente encargado el 23 de enero, una vez que el Parlamento declaró ilegítima la reelección del líder socialista.
«¿Y Juanito Alimaña para cuándo? Mientras tu enemigo esté cometiendo errores, no lo interrumpas», justificó con sorna Cabello, en referencia al líder parlamentario.
– Sin miedo –
Guaidó advirtió que no se dejará intimidar. «El miedo no nos va a detener», declaró a AFPTV en su natal La Guaira (30 km al norte de Caracas).
«Es la única estrategia que le queda a un régimen sin respuestas al ciudadano (…), les queda generar miedo», añadió sobre los enjuiciamientos.
Estados Unidos, su más ferviente aliado, advierte que detenerlo «sería el último error de la dictadura», al tiempo que no descarta una acción militar, a la que se oponen América Latina y la Unión Europea.
«La administración americana está como el ‘cowboy’ del Oeste diciendo: ‘miren que les desenfundo'», criticó este miércoles el canciller español, Josep Borrell, cuyo país sin embargo respalda a Guaidó.
Ante ofertas del vicepresidente estadounidense, Mike Pence, de anular sanciones a militares que desconozcan a Maduro, el mandatario aseguró este miércoles que la Fuerza Armada «está cohesionada» en torno a la «revolución».
Washington levantó el martes las sanciones que pesaban sobre el exjefe de inteligencia Cristopher Figuera, en recompensa, según Pence, por apoyar el levantamiento.
La insurrección fracasó al no lograr que se sumaran más militares. Un grupo de 25 uniformados pidió asilo en la embajada de Brasil y el opositor Leopoldo López, liberado por ellos de su arresto domiciliario, se refugió en la residencia del embajador español.
Disturbios ocurridos ese día y durante manifestaciones opositoras el 1 de mayo dejaron seis muertos y 300 detenidos, según la Fiscalía.