PANAMÁ | AP.-
A menos de tres meses de concluir su gobierno, el presidente Juan Carlos Varela inauguró el jueves de forma festiva la segunda línea del metro de Panamá, una controvertida obra construida por la brasileña Odebrecht.
El mandatario dio luz verde para el arranque de la línea ferroviaria de 21 kilómetros que servirá a la zona este de la capital, y cuya construcción tomó casi cuatro años a un costo de 2.130 millones de dólares.
“Un proyecto hecho con honestidad, con trasparencia y eficiencia en tan sólo 42 meses a pesar de todas las adversidades”, manifestó Varela en un discurso en referencia a los fuertes cuestionamientos que recibió por haber adjudicado la construcción a Odebrecht, la cual está en el centro de un escándalo de sobornos en Latinoamérica.
Odebrecht ganó la licitación como parte de un consorcio formado con la constructora española FCC, las mismas que construyeron la primera línea del tren subterráneo al final del pasado mandato de Ricardo Martinelli en 2014.
Al igual que su antecesor y enemigo político, Varela cortó la cinta justo en el umbral de las elecciones generales panameñas, previstas para el 5 de mayo. Martinelli lo hizo hace cinco años con los comicios de entonces a la vuelta de la esquina y en los que su partido terminó perdiendo la contienda presidencial.
Al inaugurar la segunda línea, Varela aceptó que ésta se concluyó a pesar de las “justificadas tormentas judiciales” en las que se vio envuelto el gigante de la construcción brasileña, pero destacó que la empresa no descuidó los trabajos.
“Se construyó con transparencia y eficiencia”, subrayó el mandatario, agradeciendo a los casi 6.000 trabajadores que participaron en la construcción y a los dos contratistas. “Yo salgo con la cabeza en alto”.
En un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos en 2016, la constructora admitió haber pagado sobornos por 788 millones de dólares a una decena de países de América Latina para hacerse de contratos jugosos.
En el caso de Panamá habría repartido más de 80 millones de dólares durante el gobierno de Martinelli (2010-2014), según la Fiscalía General.
Pero el gobierno de Varela adjudicó, después de la segunda línea del metro, otras obras públicas multimillonarias a esa empresa, que se convirtió en el principal contratista del Estado panameño en los últimos 15 años, abarcando las tres últimas administraciones.