Por Josué González | Reuters.-
Algunos migrantes que avanzaban por México se comprometieron el sábado a seguir su viaje hacia Estados Unidos a pesar de un accidente en el sur del país que dejó más de 50 fallecidos, en su mayoría guatemaltecos.
Al menos 55 personas murieron y decenas resultaron heridas cuando un camión lleno de migrantes volcó en el estado Chiapas el jueves.
Un tráiler, que transportaba a unas 166 personas en un remolque acondicionado, se volcó por la excesiva velocidad al entrar a una curva en una vía en las afueras de la ciudad Tuxtla Gutiérrez, lo que provocó una de las peores tragedias de migrantes en México en la última década.
El incidente se produce cuando el gobierno mexicano intenta frenar la cantidad de migrantes que cruzan su territorio camino hacia la frontera con Estados Unidos.
La noticia del accidente sacudió a los migrantes que se dirigían al estado central Puebla, muchos de ellos con niños.
Sin embargo, algunos dijeron que estaban decididos a avanzar hacia Estados Unidos u otras ciudades de México a pesar de los riesgos del peligroso viaje que, muchas veces, puede incluir depender de traficantes de personas conocidos como «coyotes».
«Por todo lo que hemos hecho, vale la pena seguir adelante», aseveró Lety, una migrante hondureña que caminaba en un grupo numeroso de migrantes el viernes.
«Yo le doy ánimo a todos los que estamos aquí para que sigamos, nos apoyemos y nos unamos; y lamento mucho lo que les pasó a los demás. Me duele mucho», agregó.
En los últimos días, decenas de migrantes fueron enviados desde la ciudad sureña Tapachula, fronteriza con Guatemala, a Puebla cuando las autoridades migratorias mexicanas intentaron desmantelar un campamento improvisado y evitar posibles caravanas de migrantes.
El gobierno mexicano prometió previamente a los migrantes visas humanitarias y transporte a otras ciudades.
Carmen Morales, una guatemalteca de 27 años que se dirigía a la capital Ciudad de México el sábado, dijo que no tenía más remedio que seguir rumbo a Estados Unidos.
«Dios guarde a la gente que murió, ya están en otro lugar, pero nosotros tenemos que buscar cómo alimentar a la familia», confesó Morales.
«No tenemos dinero y tampoco muchas opciones. Desgraciadamente, tenemos que seguir intentando de cualquier forma irnos a Estados Unidos», añadió.