El clima excepcional se convierte en la nueva norma en Italia

Por Crispian Balmer y Francesca Piscioneri | ROMA | Reuters.-

Tormentas, avalanchas, inundaciones y sequías han azotado Italia en el último año, y han provocado la muerte de decenas de personas, a medida que las catástrofes que antes eran excepcionales se convierten en parte del día a día, y ponen al Gobierno en dificultades para encontrar respuestas.

«El cambio climático está aquí y estamos viviendo sus consecuencias. No es una perspectiva remota, es la nueva normalidad», afirmó Paola Pino d’Astore, experta de la Sociedad Italiana de Geología Ambiental (SIGEA).

Al menos nueve personas murieron esta semana en la región septentrional de Emilia-Romaña después de que algunas zonas recibieran la mitad de la precipitación media anual en solo 36 horas, lo que provocó el desbordamiento de ríos y sumergió miles de hectáreas de tierras de cultivo.

Hace seis meses, 12 personas murieron en la isla meridional de Ischia en un deslizamiento de tierras provocado por lluvias torrenciales, mientras que 11 personas perdieron la vida el pasado mes de septiembre por inundaciones repentinas en la región central de Las Marcas.

El pasado mes de julio, una avalancha de hielo en los Alpes italianos mató a 11 personas tras una ola de calor que agravó la peor sequía que ha sufrido Italia desde hace al menos 70 años.

«Debemos adaptarnos a las nuevas condiciones climáticas, pero no utilizarlas como excusa», dijo Arcangelo Francesco Violo, responsable del Consejo Nacional de Geólogos.

«La urbanización intensiva y desordenada de las últimas décadas, junto con el consumo de suelo de alta densidad, han influido».

La variada geología de Italia la hace propensa a inundaciones y deslizamientos de tierra, mientras que el hecho de estar flanqueada por mares que se calientan rápidamente la hace vulnerable a tormentas cada vez más potentes.

La asociación de agricultores Coldiretti afirma que el número de fenómenos meteorológicos extremos registrados el verano pasado, como tornados, precipitaciones de granizo gigante y rayos, fue cinco veces superior al de hace una década.

Sin embargo, años de construcción a menudo no regulada y de agricultura a escala industrial han empeorado la amenaza climática, afirman los expertos.

PREOCUPACIÓN POR LOS RÍOS

El grupo ecologista WWF Italia dijo que la eliminación de los bosques y la vegetación que absorben el agua a lo largo de las vías fluviales de Emilia-Romaña había amplificado el desastre de esta semana.

«Cada vez es más urgente una política de adaptación al cambio climático que vaya más allá de la gestión de emergencias y tenga en cuenta los efectos de la planificación ordinaria», afirmó en un comunicado.

El Ministerio de Medio Ambiente publicó en diciembre el primer Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, pero sus detractores afirman que carece de financiación suficiente y acusan al Gobierno de obstaculizar los esfuerzos de la UE por reducir las emisiones de carbono.

El ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, dijo a Reuters a principios de mes que el Gobierno no convertiría la industria local «en un desierto» con la imposición de duras restricciones a la reducción de CO2, mientras que otros grandes países contaminantes no hacían lo mismo.

Sin embargo, reconoció que la sequía prolongada en muchas regiones se debía al cambio climático y afirmó que el país tenía que adaptarse, entre otras cosas, mediante la construcción de más cuencas para captar el agua de lluvia, así como la reparación de las fugas en las redes de agua y de las presas abandonadas.

El ministro de Medio Ambiente, Gilberto Pichetto Fratin, se quejó de que los proyectos para proteger a las comunidades de las inundaciones, como la construcción de nuevas presas o diques, a veces se ven bloqueados por grupos de presión locales ansiosos por proteger el campo.

«Tenemos que superar el concepto de decir siempre ‘no’, de no querer ninguna obra», dijo Pichetto Fratin a Radio 24 el jueves. «Con este clima, la libertad absoluta para los ríos puede causar daños considerables», dijo.

La agencia nacional de protección civil italiana calcula que el 94% de los municipios del país son propensos a sufrir catástrofes naturales, lo que hace inconcebible proteger a todos de los peligros del cambio climático.

Sin embargo, el jefe del Consejo Nacional de Geólogos afirmó que una combinación de inversiones con visión de futuro y sistemas de alerta temprana sólidos podría ayudar a salvaguardar vidas.

«El territorio (entero) nunca podrá ser seguro. Pero podemos mitigar el riesgo y adaptarnos a vivir con él», afirmó Violo.

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