La verdad es amarga para personas de conducta perversa

Por: Elvis Gómez Mena | Editor de Opinión | cawtv.net.-

La mentira es mentira y punto, ese cuentito de que existe la mentira piadosa es precisamente un invento de los mentirosos para justificar una acción que a todas luces está mal. A menudo consideramos que con nuestra pareja hay cosas que conviene callar. Otras veces creemos que lo conveniente es decir la verdad. Pero realmente sabemos ¿dónde está el límite de la sinceridad en las cuestiones del corazón? ¿cree que se puede mentir sin lastimar?

Casi todas las parejas caen en el de eso no se habla. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la mentira es el primer obstáculo en la comunicación, pues genera distancias, enfría relaciones, provoca recelos y desconfianza.

La verdad para el deshonesto muchas veces duele, pero podemos estar seguros que no mata. Ser sincero a veces da miedo, implica responsabilidad y valentía, pero a la larga es la mejor actitud que podemos asumir.

Mentimos cuando consideramos que algo que hicimos, sentimos o pensamos debe permanecer oculto.

Los motivos por los cuales eso no debe saberse son variados: quizá lo que nos ocurre este mal visto, tal vez pueda lastimar a alguien, a algún ser querido, ponernos al descubierto o en peligro. Generalmente, lo que sucede es que donde hay una mentira hay temor, y miedo a ser reprobado por algo incorrecto

Porque todas las personas alguna vez escondimos algo, o nos resistimos a enfrentar la realidad. Reflexionar y sumergirnos en nuestro interior es buen camino para comprendernos mejor y, desde allí, empezar a modificar aquello que deseamos cambiar.

Pero no debemos perder de vista que una relación está formada por dos personas diferentes; dos corazones, dos mentes y dos cuerpos que están viviendo algo en común.

Es realmente difícil entonces que ambas partes sientan los mismos deseos y necesidades simultáneamente. Sin embargo, las parejas suelen imponerse un ideal a seguir y, muchas veces, restringen sus sentimientos y emociones a los límites de este ideal. Promesas tales como: nunca voy a mirar a nadie que no seas tú o siempre te voy a amar, a menudo suelen ser difíciles de cumplir, pero debemos de intentarlo para no generar resentimientos innecesarios.

Entendamos que las famosas mentiras piadosas del tipo no se lo digo porque la voy a lastimar, no existen, porque entre cielo y tierra no hay nada oculto, y cuando se descubra la verdad el daño será mayor que si se lo hubiéramos dicho desde el principio. Por ello, la mejor promesa que puede existir en una pareja es la sinceridad, porque la verdad fortalece el vínculo.

Para lograr vivir en un mundo lleno de verdad, lo más recomendable es hablar claro y poner las reglas del juego sobre la mesa. Solo la verdad trae libertad, y para esto, es necesario que exista un diálogo sincero, basado en la confianza. La verdad, aunque resulte amarga al principio, siempre es dulce al final .

No mienta, porque el que lo hace inicia el camino de la infelicidad.

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