Managua | EFE.-
Un hombre de 65 años se convirtió este domingo en la quinta persona fallecida por el coronavirus SARS-CoV-2 en Nicaragua, que acumula 15 casos positivos, para una tasa de letalidad de 33,3 %, la más alta de América, informó el Ministerio de Salud.
El paciente, con padecimientos crónicos y enfermedades agudas asociadas, presentó esta mañana una complicación también aguda, que, lamentablemente condujo a su fallecimiento, explicó el secretario general del Ministerio, Carlos Sáenz, al leer el informe ante medios oficiales.
«Nuestra solidaridad y oraciones a sus familiares», señaló el funcionario, en nombre del Gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega.
El funcionario no precisó si el fallecido era uno de los tres casos que mantenían como activos, si ya había sido dado de alta o si era un caso nuevo.
Desde el 11 de marzo pasado, cuando se declaró la pandemia, se registran cinco personas fallecidas, todos con complicaciones de salud previas, agregadas al COVID-19, de acuerdo a las autoridades.
TRES CASOS «DELICADOS»
El Ministerio de Salud mantiene tres casos activos con COVID-19 y todos en condición «delicados».
Asimismo, el funcionario informó que tres de las 15 personas a quienes les daban «seguimiento responsable y cuidadoso» pasaron a resguardo domiciliar tras haber «cumplido el período reglamentario».
«Quedan, por tanto, 12 personas, a las que se suman hoy cuatro más, para un total de 16 personas en cuido y monitoreo responsable y permanente», precisó.
El Gobierno de Ortega no ha precisado el número de pruebas que ha realizado y se ha limitado a informar sobre el número de casos confirmados, las muertes y que en todos los casos han sido importados, es decir no se han registrado casos de transmisión local comunitaria.
PRIORIDAD, LA ECONOMÍA
El Ejecutivo ha sido criticado por diversos sectores por promover eventos masivos y aglomeraciones a contracorriente de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El jueves pasado, Ortega se declaró en contra de la campaña ‘Quédate en casa’ porque, a su juicio, destruiría la economía local que se ha contraído en los dos últimos años y que es mayoritariamente informal.
El líder sandinista también calificó de «medidas extremas» y «radicales» el confinamiento y la suspensión de vuelos internacionales.
Ortega dijo que su Gobierno mantendrá «las actividades normales», guardando las recomendaciones de las autoridades de Salud, como el distanciamiento social y el lavado de manos, «sin caer en medidas extremas, radicales, que harían matar al país».
JORNADA DE DESINFECCIÓN
Las autoridades comenzaron esta semana una jornada para desinfectar mercados populares, parques, terminales de autobuses, transporte urbano colectivo y taxis, entre otros.
El Gobierno decidió tomar medidas de prevención después de 41 días que se confirmara el primer caso de coronavirus y luego de que aumentaron los informes no oficiales sobre personas que sufren o han muerto por el padecimiento.
La decisión de Ortega llegó luego de insistentes llamados del Comité Científico Multidisciplinario y de la Asociación Médica Nicaragüense, que aglutinan a los médicos más prestigiosos del país.
El manejo de la pandemia por parte de Ortega ha causado preocupación en entidades como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización de los Estados Americanos (OEA), en tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) lo ven como violaciones a los derechos humanos.