San José, (IICA).-
La región enfrenta una crisis alimentaria sin precedentes: la proporción de personas en situación de inseguridad alimentaria severa o moderada ha aumentado en América Central, superando la media de América Latina y el Caribe, y excede el 10% de la población en algunos países.
La volatilidad de los precios internacionales de alimentos y fertilizantes, su impacto en los mercados nacionales de Centroamérica y en el incremento en los niveles de inseguridad alimentaria, en estos países, a raíz de crisis múltiples en el contexto mundial, hacen imperativo que existan políticas innovadoras para fortalecer la resiliencia de los sistemas agroalimentarios y que contribuyan a la seguridad alimentaria y nutricional en esta región.
En esto coincidieron más de 20 especialistas que formaron parte del taller “Seguridad Alimentaria y Agricultura: Un análisis de la transmisión de precios de alimentos y fertilizantes en Centroamérica”, organizado por el Banco Mundial y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en un esfuerzo conjunto por abordar y buscar soluciones a los desafíos críticos de la seguridad alimentaria y la resiliencia agrícola en Centroamérica.
Reunidos en la sede central del IICA en San José, Costa Rica, participaron entre otros el Viceministro de Agricultura de Guatemala, Nick Kenner Estrada, la Viceministra de Desarrollo Económico de Honduras, Cinthya Arteaga, el Director General del IICA, Manuel Otero, directores encargados de la elaboración e implementación de políticas de Costa Rica, El Salvador y Panamá, el Líder de Programas del Banco Mundial (BM), David Tréguer, y representantes de instituciones regionales como el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), la Secretaría Ejecutiva del Consejo Agropecuario Centroamericano (SECAC) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
En el evento se enfatizó que la región tuvo un retroceso significativo de 15 años en los niveles de pobreza y hambre. Se expuso que en América Latina y el Caribe 82 millones de personas viven en pobreza extrema, mientras que 43,2 millones enfrentan hambre (un 16 % de la población), en un contexto en el que la inflación anualizada de alimentos ha superado el 6% en la región. Además, la inflación de precios de los alimentos ha superado la inflación general, según el índice de precios al consumidor.
En el encuentro se compartieron perspectivas y se planteó el compromiso de trabajar en forma conjunta en pro de soluciones sostenibles y equitativas que permitan disminuir estas cifras, para lo cual la colaboración regional e internacional es clave.
“La reciente inflación de precios de alimentos ha afectado profundamente a los productores y consumidores, especialmente en las comunidades rurales, donde las fluctuaciones de precios agrícolas y fertilizantes han alterado los márgenes de ganancia. Es vital analizar las respuestas gubernamentales frente a las fluctuaciones de precios alimentarios y su efectividad; necesitamos abogar por políticas innovadoras que fortalezcan la resiliencia de nuestros sistemas agroalimentarios y contribuyan a la seguridad alimentaria y nutricional”, mencionó el Director General del IICA, Manuel Otero.
Del mismo modo, en el evento se resaltó que la inflación de los precios internos de los alimentos en Centroamérica no está impulsada por los movimientos de los precios en los mercados internacionales, así como que la crisis de seguridad alimentaria en la región parece obedecer más bien a consideraciones internas: un reto clave para la subregión será restablecer la eficiencia de sus mercados internos y crear políticas eficientes y mecanismos resilientes a largo plazo.
“En años recientes, todos los países América Central han experimentado un empeoramiento de los indicadores de seguridad alimentaria y la urgencia de la crisis demanda respuestas inmediatas, pero también es crucial adoptar medidas a largo plazo que fortalezcan la resiliencia de la región. En el Banco Mundial estamos comprometidos a colaborar en la reorientación de las políticas públicas que impulsen la competitividad, eficiencia y resiliencia de los mercados internos, contribuyendo así al desarrollo sostenible e inclusivo de la región”, dijo el Líder de Programas del Banco Mundial, David Tréguer.
Los participantes en el taller resaltaron la tenacidad de los agricultores de la región y el sector agroalimentario, así como la trascendencia de continuar apoyando la agricultura como eje central para el desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria y la estabilidad económica en los países de la región.
También, se recopilaron acciones y recomendaciones de políticas de las naciones centroamericanas representadas, para pensar en una agenda de investigación para bienes públicos que permitan cambiar la realidad de inseguridad alimentaria actual.
“En el corto plazo, lo que pensamos desde el plan sectorial del ministerio de Agricultura son cinco objetivos: incrementar la productividad, la disponibilidad, el acceso físico y económico a alimentos, facilitar el acceso a infraestructura productiva e innovación tecnológica, promover cadenas de valor inclusivas, impulsar la gestión sostenible de los recursos naturales, y facilitar los servicios especializados para el tema de alimentos inocuos”, explicó el Viceministro de Agricultura de Guatemala, Nick Kenner Estrada.
“Internamente tenemos mucho que hacer y corregir, hay programas de asistencia, de extensionismo que se están articulando, cómo apoyamos la producción y que esa producción se comercialice eficientemente y no haya distorsiones que se reflejen en precios finales al consumidor, todo el enfoque de MIPYMES, conexión con política industrial, focalizar la potencialidad interna”, concluyó la Viceministra de Desarrollo Económico de Honduras, Cinthya Arteaga.
El taller “Seguridad Alimentaria y Agricultura: Un análisis de la transmisión de precios de alimentos y fertilizantes en Centroamérica”, forma parte de los esfuerzos conjuntos entre el Banco Mundial y el IICA para transformar los sistemas alimentarios, garantizar un futuro alimentario seguro y nutritivo para todos, y abordar las causas fundamentales de la inseguridad alimentaria en Centroamérica.