La elección presidencial colombiana pone a Medellín en el centro de la disputa

Medellín (Colombia), EFE.-

La campaña a la Presidencia de Colombia, cada vez más polarizada, libra su batalla particular a dos semanas de las elecciones en Medellín, la segunda ciudad del país y bastión de la derecha que la izquierda busca conquistar por primera vez con Gustavo Petro.

Por su potencial electoral, Medellín se ha convertido en objeto de disputa de los principales candidatos y la suspensión por tres meses del alcalde de la ciudad, Daniel Quintero, ordenada esta semana por la Procuraduría por supuesta participación en política en favor de Petro, alborotó aún más el panorama político.

Asegurar votos en Medellín y por extensión en el departamento de Antioquia, del cual es capital, será crucial para ganar la Presidencia bien sea en la primera vuelta, el 29 de este mes, o en la muy probable segunda ronda, el 19 de junio.

Dos de los candidatos principales nacieron en Medellín: los exalcaldes Federico «Fico» Gutiérrez (derecha) y Sergio Fajardo (centro), y como tal conocen las empinadas calles de sus comunas, lidiaron con sus dolores y fueron testigos de su transformación.

Medellín también es la ciudad natal del expresidente Álvaro Uribe y bastión del uribismo, movimiento de derechas que desde hace 20 años marca la vida política colombiana.

VOTO DECISIVO

En las elecciones de 2018 en las que Iván Duque, apadrinado por Uribe, ganó la Presidencia en segunda vuelta, de las 975.010 personas que votaron en Medellín, 693.334 lo hicieron por él, es decir, el 71 %.

Hace seis años, además, fue la única capital grande donde ganó el «no» en el plebiscito que buscaba refrendar el acuerdo de paz firmado entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC.

La actual campaña presidencial le ha dado un mayor protagonismo a esta ciudad de 2.427.129 habitantes que ha sido el talón de Aquiles para Petro, candidato del Pacto Histórico, ya que Medellín le ha sido esquiva en sus anteriores intentos de llegar a la Casa Nariño, sede del Ejecutivo, una relación que ahora busca cambiar.

Para el analista político Miguel Jaramillo, Medellín ha sido un territorio «tradicionalmente conservador y uribista, que le ha costado mucho a la izquierda permear» como sí ha logrado hacerlo con el centro y el occidente del país.

Jaramillo subraya que la métrica electoral evidencia que tanto Medellín como Antioquia fueron «profundamente significativos» para el triunfo de Juan Manuel Santos en 2010 y 2014, y de Iván Duque en 2018, lo que convierte a esta región en una joya codiciada por los distintos candidatos, y nada está aún escrito para este 2022.

«Hoy en las 16 comunas de Medellín y los cinco corregimientos existe un crecimiento del voto de opinión», aseguró a Efe el analista, y agregó que en la ciudad hay un «natural desgaste» en el liderazgo de 20 años del expresidente Uribe así como una «reconfiguración del mapa político».

COQUETEO DE LA IZQUIERDA

Para evitar un nuevo revés en esta región, la campaña de Petro ha hecho movimientos importantes pese a la notable fuerza que exhibe «Fico» Gutiérrez en las encuestas y en las calles, con vallas, afiches y vehículos plagados con su propaganda.

En su afán por atraer el voto de los antioqueños, la compañera de fórmula de Petro, Francia Márquez, estableció su sede en Medellín y su campaña encontró un apoyo relevante, el alcalde Quintero, aunque él niega que esté participando en política, algo prohibido por la ley para los funcionarios públicos.

Quintero asegura que la suspensión temporal que le impuso la Procuraduría obedece al «interés» del gobierno de Duque de «meter las manos» en las elecciones del 29 de mayo.

«Ellos entienden que Medellín es un centro electoral importante y les preocupa que no tengan a alguien que siga sus preceptos, sus ideas, sus órdenes», expresó a Efe Quintero, quien no desestimó que el Gobierno quiera «utilizar» la alcaldía de su ciudad como «fortín político» para poder favorecer a Federico Gutiérrez, segundo en las encuestas.

Si bien niega Quintero que apoye a Petro, ya son seis los funcionarios de su alcaldía que renunciaron recientemente para unirse a la campaña del Pacto Histórico, una movida estratégica para fortalecer a la izquierda en la segunda ciudad de Colombia.

Por su parte, «Fico» y Fajardo no se han quedado atrás. El primero eligió a la Comuna 13 de Medellín como escenario para marcar territorio y anunciar como su candidato a vicepresidente a Rodrigo Lara Sánchez, hijo del exministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, asesinado en 1984 por narcotraficantes del cartel de Medellín.

Entretanto Fajardo, candidato de la coalición Centro Esperanza, ha intensificado sus acciones en Medellín por considerarla una ciudad «estratégica» para la remontada con la que espera salir del cuarto lugar que le dan las encuestas de intención de voto.

Fajardo ya escogió Medellín para cerrar su campaña en condición de local pues es el lugar donde hizo su carrera política, al igual que Gutiérrez, y que hoy es cortejada por la izquierda de Petro.

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