Asunción | EFE.-
La fiscal de la Unidad Especializada de Lucha contra la Violencia Intrafamiliar, Liliana Zayas, explicó este domingo a Efe que resulta «absolutamente necesaria» la creación de una unidad exclusiva para la violencia de género que investigue «con funcionarios especializados» y «perspectiva de género».
En su departamento, que recibe todo tipo de denuncias relacionadas con hechos violentos dentro del ambiente familiar, Zayas, relató que «la mayor cantidad de casos tienen que ver con mujeres víctimas de violencia por parte de sus parejas o exparejas».
Por ello, una unidad dedicada solo a esos casos, serviría para visibilizar como una «situación grave» la violencia contra las mujeres por el hecho de serlo, y contribuiría a cambiar la perspectiva sobre una violencia «prácticamente tolerada por la sociedad y minimizada por el Estado».
La unidad, dijo Zayas, les permitiría «dedicarnos solo a esas investigaciones, que son muy complejas porque nos tropezamos con situaciones durante la investigación que no encontramos en investigaciones de otros hechos».
En ese sentido, reveló que evitaría problemas actuales como la existencia «muy habitual» de «denuncias cruzadas», presentadas por el agresor «unas horas después» de la denuncia de la víctima, como «estrategia» de defensa, detalló.
La unidad actual obliga a investigar ambas denuncias por igual, lo que «dificulta el trabajo», porque agresor y víctima se intercambian los papeles en dos carpetas fiscales diferentes.
Para resolver ese problema, actualmente realizan un «estudio socioambiental» del entorno de la mujer, para determinar quién es víctima y victimario.
La nueva unidad permitiría que la violencia de género se investigase «con funcionarios especializados» que lleven acabo un trabajo «con perspectiva de género», que tenga en cuenta «esa estructura patriarcal que hace que estos hechos estén dirigidos a mujeres por el hecho de ser mujer».
Además, les permitiría investigar los casos de feminicidio, en los que actualmente su unidad no tiene competencias, si bien se les suelen asignar «algunos casos puntuales», como fiscales coadyuvantes, por «nuestra especialidad».
Zayas subrayó la importancia de la existencia del tipo penal feminicidio, que en Paraguay entró en vigor en 2016, ya que en el código penal anterior, el asesinato de un cónyuge sólo era un agravante.
En el feminicidio «la motivación es otra» porque «considera su condición de mujer» y tiene en cuenta la relación de «subordinación de lo masculino con lo femenino» y, habla de una relación afectiva entre víctima y agresor «en cualquier tiempo», por lo que incluye a las exparejas.
Ello, añadió, «nos da un margen» porque «cuando más riesgo corre la mujer es cuando termina su relación y el agresor no quiere aceptar» la nueva situación.
Por otro lado, también sugirió que deber revisarse las medidas de protección a la mujer que ha sufrido actos violentos, porque cuando el agresor «ya tomó la decisión de decidir sobre la vida» de una mujer, «difícilmente ninguna medida» de las actuales, como las órdenes de alejamiento, «le pueda frenar», comentó Zayas.
Por ello, cree que deben contemplarse otras medidas como la instauración de «pulseras electrónicas» a los denunciados, para evitar que una situación de violencia acabe en asesinato.
Asimismo, opinó que debería dedicarse presupuesto para aplicar políticas de reinserción de los maltratadores, contemplada en la ley, pero no aplicada.
En lo que va de 2019, según datos oficiales, 15 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas, aunque hay otros cuatro casos por confirmar.
En 2018 fueron asesinadas por sus parejas o exparejas 59 mujeres en Paraguay, seis más que en el año anterior.