Dr. Chen Shih-chung, Ministro de Salud y Bienestar República de China (Taiwán)
La amenaza de las enfermedades infecciosas emergentes para la salud mundial, la economía, el comercio y el turismo no ha disminuido jamás. Debido a la facilidad del transporte internacional, las pandemias pueden extenderse rápidamente por todo el mundo.
En los 17 años transcurridos desde que fue duramente golpeado por el brote de SARS, Taiwán se ha estado en constate preparación ante la amenaza de enfermedades infecciosas emergentes. Como resultado, cuando el 31 de diciembre de 2019 se confirmó por primera vez la información relativa a un nuevo brote de neumonía, ese mismo día Taiwán comenzó a aplicar la cuarentena a bordo de los vuelos directos procedentes de Wuhan, China.
En enero se activó el Centro de Comando Central de Epidemias, para integrar eficazmente los recursos de varios ministerios y de dedicarse plenamente a la contención de la epidemia. Hasta el 9 de abril, Taiwán había realizado pruebas a un total de 42.315 personas que mostraban 380 casos confirmados, de los cuales 54 han sido autóctonos, 326 importados y cinco fallecidos. A pesar de su proximidad a China, Taiwán ocupaba el 123º lugar entre 183 países en lo que respecta a los casos confirmados por millón de personas.
En respuesta a la amenaza de la epidemia del Coronavirus 2019 (COVID-19), Taiwán ha puesto en marcha planes dinámicos relativos a medidas de cuarentena fronteriza, incluyendo la cuarentena a bordo, la toma de temperatura, declaraciones de salud y una cuarentena domiciliaria de 14 días. Además, Taiwán ha establecido un sistema electrónico de cuarentena de entrada, en el cual mediante un número de teléfono móvil local, la persona recibirá un pase de declaración de salud, que permite que los organismos gubernamentales presten servicios de atención y asistencia médica. En el caso de los que están en cuarentena o aislamiento en el hogar, el gobierno está trabajando con los operadores de telecomunicaciones para permitir el rastreo por GPS de sus ubicaciones.
Taiwán también ha aumentado su capacidad de realizar pruebas de laboratorio, ampliado el alcance de su vigilancia e inspecciones según la evolución de la epidemia de COVID-19, y ha repetido los test a personas de mayor riesgo que ya habían dado resultados negativos.
Asimismo, Taiwán ha designado 50 hospitales y centros médicos regionales y 167 clínicas y hospitales públicos para crear un sistema escalonado de pruebas. Estos hospitales y clínicas están obligados a establecer salas o áreas especiales; en principio, los pacientes de COVID-19 son aislados y tratados individualmente en estas salas y áreas para prevenir las infecciones intrahospitalarias.
Taiwán ha compartido los datos de la secuencia genética del COVID-19 con la Iniciativa Global para el Intercambio de Todos los Datos sobre la Gripe (GISAID, siglas en inglés).
Igualmente ha colaborado con sus socios globales para responder a la amenaza del COVID-19, a fin de asegurar que la salud mundial no se vea coaccionada por la falta de comunicación y transparencia.
La misión de la OMS es garantizar el más alto nivel posible de salud para todos los seres humanos, pero Taiwán ha estado excluido durante mucho tiempo de la OMS, debido a consideraciones políticas. Esto ha sido lamentable, teniendo en cuenta todo lo que Taiwán podría compartir con el mundo gracias a su reconocida experiencia en salud pública. Esperamos que después de que esta pandemia remita, la OMS comprenda verdaderamente que las enfermedades infecciosas no conocen fronteras y que ningún país debe ser excluido.
Instamos a la OMS y a las agencias conexas a que reconozcan las contribuciones de Taiwán a la comunidad internacional en las esferas de la salud pública, la prevención de enfermedades y el derecho humano a la salud, a que incluyan a Taiwán en la OMS y en sus reuniones, mecanismos y actividades. Taiwán seguirá colaborando con el resto del mundo para asegurar que todos disfruten del derecho humano fundamental a la salud.