San Salvador | EFE.-
El Salvador registró 8 asesinatos el martes, un pequeño respiró ante la ola de homicidios que registra el país desde el viernes y que el Gobierno atribuye a las pandillas, según datos de la Fiscalía General de la República (FGR) a los que Efe tuvo acceso este miércoles.
El dato del martes se coloca como el punto más bajo en la escalada de los asesinatos, que se inició el viernes con 24, y con el que se promedian 16,5 muertes violentas en los últimos cinco días.
No obstante, esta cifra es superior a los promedios diarios de un dígito que el Ejecutivo de Nayib Bukele venía registrando en meses pasados.
LIGAN ALZA A PANDILLERO LIBERADO
De acuerdo con las autoridades penitenciarias, la orden de incrementar las muertes violentas salió de una cárcel del occidente del país mediante un pandillero que fue liberado por el vencimiento de plazos judiciales.
Se trata de Rafael Peraza, quien fue condenado a 350 años de cárcel en un juicio que enfrentaron líderes de la pandilla Mara Salvatrucha (MS13) en 2018 tras una operación que golpeó por primera vez su estructura financiara en 2016.
«Salió libre el jueves pasado, porque su abogado presentó una apelación y la Cámara no resolvió en tiempo. La ley obliga a que entonces se ponga en libertad», aseguró Bukele en sus redes sociales.
Según la versión oficial, algunas células de la MS13 estarían impulsando la ola de asesinatos tras la supuesta decisión del Barrio 18 de frenar la escalada en sus territorios.
Por otra parte, una corte salvadoreña envió a prisión preventiva y ordenó una investigación judicial contra dos supuestos sicarios de las pandillas por «varios homicidios» perpetrados en San Salvador.
En el pasado, las pandillas han utilizado la cifra de homicidios como moneda de cambio para tratar de conseguir prebendas para sus líderes en las prisiones.
La medida más inmediata que tomó el Gobierno de Bukele ante la actual alza de la violencia homicida fue la aplicación de un estado de alerta en las prisiones y sellar las celdas de unos 16.000 pandilleros.
Las primeras imágenes de pandilleros semidesnudos, muchos sin tapabocas y sin respetar la distancia física para evitar el contagio del COVID-19 han causado impacto fuera del país centroamericano.
También lo hizo el llamado de Bukele a utilizar la «fuerza letal» para enfrentar a los pandilleros.
Bukele advirtió que el pandillero que se resista a ser detenido «será abatido con fuerza proporcional y posiblemente letal por nuestra fuerza pública».
Expertos en derechos humanos consultados por Efe temen que este llamado desemboque en mayores índices de asesinatos a raíz de una reacción violenta de las «maras» y la perpetración de ejecuciones extrajudiciales por parte de los cuerpos de seguridad.
El Salvador es considerado uno de los países más violentos del mundo por las tasas de entre 103 y 36 homicidios por cada 100.000 habitantes computadas entre 2015 y 2019.