Por Gustavo Palencia | TEGUCIGALPA | Reuters.-
Armados con machetes y palos, decenas de habitantes de un poblado en el norte de Honduras se oponían el miércoles al entierro de fallecidos a causa del COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, dijeron una autoridad y un vecino de la zona.
Pobladores de la comunidad Dos Caminos, en el norteño departamento Cortés, la región más golpeada por el virus en el país, bloquean la vía que lleva a varias fosas recientemente abiertas para enterrar a los fallecidos, según imágenes difundidas por la televisión local.
Al menos 12 cuerpos de pacientes que presuntamente fallecieron por COVID-19 habrían sido enterrados en el lugar el martes, según el diario local La Prensa. Reuters no pudo confirmar inmediatamente esta afirmación.
«No vamos a permitir (los entierros) porque hay más de 100 familias viviendo aquí alrededor. Ustedes saben que esta es una pandemia», dijo una mujer entrevistada por la televisora TSI en el lugar del bloqueo.
«A nosotros nos vienen diciendo que eso no nos va perjudicar en nada. Y si no perjudica en nada, ¿por qué no se los llevan al cementerio general?», se preguntó, con un palo en una mano.
El portavoz de la policía en la región, Marlon Miranda, dijo a Reuters que «se están utilizando algunas estrategias para evitar que la gente entre en pánico y evite enterrar personas».
En Cortés, la zona comercial e industrial más activa del país, se han registrado el 70% de las muertes por COVID-19. A principios de abril, el Gobierno instruyó a las autoridades locales a buscar terrenos para cavar fosas comunes, en caso de que las muertes por coronavirus se disparen.
Desde mediados de marzo, Honduras vive en toque de queda. A pesar de la medida, el país ostenta una de las tasas de letalidad más altas de Latinoamérica con 31 fallecidos y 419 infectados por coronavirus, un brote surgido en China a fines del año pasado.