Llamamos a las autoridades del país a realizar ajustes de los precios de energía

Desde antes del inicio de la crisis sociopolítica que afecta el país, hemos venido demandando una revisión de las tarifas eléctricas. El año pasado, 2019, el incremento del precio de la energía eléctrica a lo largo del año fue de alrededor del 20%, lo que impactó negativamente a la ya debilitada economía de Nicaragua, afectando a todos los sectores productivos del país, pero sobre todo al sector domiciliar al cual se le agregó la disminución de los subsidios.
Los incrementos constantes en la tarifa provocan afectaciones negativas en la competitividad del país, en la producción, en la agregación de valor, en las exportaciones y en el empleo. Los incrementos y la falta de información de las previsiones tarifarias afectan desde luego, la atracción de nuevas inversiones, tanto nacionales como externas.
Nicaragua ha incrementado considerablemente la generación de energía eléctrica con fuentes renovables a tal punto que de tener hace 10 años un 80% de generación con derivados del petróleo, hoy esta generación representa entre un 40%-50% del total. Adicionalmente, el país es parte de un mercado eléctrico centroamericano con oferta importante de generación renovable a precios competitivos. Las ventajas de ambas situaciones no se han aplicado hasta hoy en la tarifa de energía eléctrica a los consumidores finales.
El precio del petróleo ha venido disminuyendo desde enero 2020. Hasta la segunda semana de abril el precio es 60% más bajo que en diciembre 2019 y en lo que va de esta semana está en negativo para precios en mayo 2020 y muy bajo para los meses subsiguientes. Los costos variables de las empresas generadoras con derivados del petróleo han disminuido considerablemente. La demanda ha disminuido también a tal punto que, durante los meses de demanda máxima corno marzo y abril, no se ha llegado al valor de 2019 ya de por sí deprimido.
La grave situación de la economía nicaragüense afectada, primero por la crisis sociopolítica y ahora por la pandemia del Coronavirus amerita una atención prioritaria, con medidas de mitigación en uno de los elementos más importantes en la vida diaria, el servicio de energía eléctrica, servicio de interés nacional.
Nicaragua ha sobresalido por sus tarifas eléctricas altas, por la falta de transparencia en los costos que las definen, manteniendo así no solamente las alzas de 2019 pero, sobre todo, sin perspectivas de disminución, sin publicaciones en tiempo, y respecto al pago del servicio, sin suspensiones temporales de pagos y sin pagos diferidos ante la difícil situación agravada por la pandemia.
Por lo anterior, desde las Cámaras suscriptoras hacernos un llamado a las autoridades correspondientes y a todos los actores del sector energético a analizar y tornar decisiones a la brevedad en cuanto a:

  1. Ajustar los precios de la energía eléctrica en función de la evolución y tendencia de los precios del petróleo. El precio de la energía eléctrica debido a la disminución del petróleo WTI al 17 de abril 2020 debería ser un 15%-20% menor; es decir, debernos regresar al menos al precio que teníamos antes del año 2018.
  2. Evaluar la ventaja de comprar y almacenar a la brevedad los derivados del petróleo para generación eléctrica para aprovechar la ventaja de su precio bajo y aplicarlo en la tarifa en los próximos meses de 2020. Esta es una medida que contribuirá a disminuir el precio de la energía eléctrica entre un 40%-50% del valor actual.
  3. Apoyar a los sectores productivos y turismo, especialmente a la pequeña y mediana producción y al consumidor domiciliar, priorizando una reducción de la tarifa eléctrica aún mayor para estos sectores que son los más afectados, implementando también otras medidas que alivien o faciliten temporalmente los pagos por energía, contribuyendo de esa manera a preservar el empleo generado por las PYME y preservando las condiciones de vida de los miles y miles de hogares que de ellos dependen.

Managua 21 de abril de 2020.

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