Familiares visitan en El Salvador el lugar donde fueron asesinados cuatro holandeses

Santa Rita (El Salvador), EFE.-

Familiares de los cuatros periodistas holandeses asesinados en El Salvador en 1982 en el contexto del conflicto armado interno visitaron este viernes el lugar donde fue perpetrado el crimen atribuido al Ejército.

El 17 de marzo de 1982 los cuatro holandeses fueron emboscados por un grupo de al menos 25 elementos de la Fuerza Armada en una zona árida ubicada en el municipio de Santa Rita, en el departamento de Chalatenango a 75,7 kilómetros de la capital San Salvador.

Gert Kuiper, hermano de Jan Kuiper, y Sonja ter Laag, hermana de Hans ter Laag, conocieron la zona y el punto exacto donde los profesionales fueron emboscados por el Ejército salvadoreño.

Jan Albert Hootsen, periodista holandés y quien sigue de cerca el caso, explicó durante un recorrido por el lugar con prensa nacional y extranjera que los holandeses fueron «emboscados por dos grupos de saldados, en total 25,» y que «los saldados se encontraban en el lugar a partir de las 5.00 de la madrugada» del día 17.

«Ellos (los soldados) se cubrieron con la oscuridad, se prepararon acá y estuvieron listos para disparar», relató Hootsen y señaló que los periodistas iban acompañados por cinco salvadoreños que les servían de guías, solo uno de ellos logró huir los demás fueron también asesinados en la zona.

Los holandeses se dirigían a un campamento guerrillero en otra zona de Chalatenango para documentar la situación de los combatientes y el diario vivir de la población rural, la más afectada durante la guerra.

El Informe de la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas de 1993, que investigó los crímenes de guerra, señala que los periodistas holandeses Koos Jacobus Andries Koster, Jan Corenlius Kuiper Jop, Hans Lodewijk ter Laag y Johannes Jan Willemsen fueron asesinados por orden del coronel Mario Adalberto Reyes Mena, excomandante de la Cuarta Brigada de Infantería.

«Existe plena evidencia de que la muerte de los periodistas holandeses, ocurrida el 17 de marzo de 1982, fue consecuencia de una emboscada planeada con anterioridad», indica el referido informe, que también reseña que los uniformados «obstaculizaron las investigaciones que realizó el Poder Judicial».

Añade que el equipo de periodistas era dirigido por Koster y que «tenían previsto» elaborar un reportaje de televisión sobre la situación de San Salvador y en algunas zonas de influencia» de la entonces guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

TER LAAG DECLARA ENTE JUZGADO

Ter Laag declaró este viernes ante una jueza del norte del país como parte de un proceso penal en contra del coronel Mario Reyes Mena.

La mujer expresó «todo el sufrimiento familiar que ha implicado, a 40 años del asesinato de su hermano, y los anhelos de justicia que tiene la familia y lo que esperan de las autoridades salvadoreñas».

Los abogados, representantes de las familias de las víctimas, señalan al coronel Mario Adalberto Reyes Mena, excomandante de la Cuarta Brigada de Infantería, como el principal autor intelectual del crimen.

Los implicados en la autoría material son unos 25 miembros del batallón elite Atonal.

Pedro Cruz, uno de los abogados representantes, explicó a Efe que el proceso se sigue bajo el Código Procesal Penal de 1973, que estaba en vigencia al momento del crimen, por lo que el proceso será escrito y únicamente se realizará una audiencia al final.

La Fundación Comunicándonos y la Asociación Salvadoreña para los Derechos Humanos (Asdehu) exigieron a principios de marzo a la justicia de El Salvador celeridad en el proceso penal, que es conocido en el Juzgado de Primera Instancia de Dulce Nombre de María, Chalatenango (norte), que en 2017 reabrió el proceso tras la anulación de una ley de amnistía de 1993.

Al menos 30 periodistas murieron en El Salvador durante los 12 años de guerra y 4 más desaparecieron y fueron heridos por las balas o las esquirlas de las bombas en las zonas de combate.

La guerra salvadoreña (1980-1992) que enfrentó al Ejército, financiado por los Estados Unidos, y a la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) dejó un saldo de 75.000 muertos y 8.000 desaparecidos.

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